"Yo no hago una obra de arte,
sino un cuadro.
Si eso queda en el tiempo,
no lo puedo determinar.
Sí es la permanencia en el tiempo
lo que hará que ese cuadro sea,
posiblemente,
una obra de arte".
Pasaron seis años de la partida del genial artista argentino Pérez Celis y un poco más aún de esa frase que regaló en una entrevista. Pero en eso andan sus trabajos: en la perpetuidad. Por eso, a propósito de un nuevo aniversario, una muestra repasa su trayectoria.
"Pérez Celis es un artista inolvidable.
Aquí están sus obras para testimoniarlo:
llenas de luz, colmadas de formas esmeradas,
plenas de energía feliz o de desdicha amenazada.
Sus obras tienen la intensidad
de su vida:
luminosidad y contraste,
magnificencia de color, calidez humana...
solidaridad",
sostiene el curador Julio Sapollnik.
"Nadie puede decir: SOY ARTISTA.
Me admira cuando alguien se define como tal.
¡Qué suerte tiene de saberlo!
A mí lo que me importa de un cuadro
no es si está bien o mal pintado,
sino si tiene sangre. Yo arriesgo.
Así fue toda mi vida",
se definió este amante de los murales.
La huella de este prolífico artista plástico puede admirarse todavía en el Museum of Modern Art, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y en lugares públicos como la Universidad de Morón, el Edificio Fortabat, la Universidad de Belgrano y el Patio de la Madera (Rosario).
Pérez Celis es abstracción, símbolos geométricos, el tratamiento gestual de la materia... Definitivamente, son obras de arte.