Fue un pintor famoso por sus pinturas de plantas
a la acuarela, especialmente rosas.
Se trasladó a París en 1782 protegido por su hermano
Antoine-Ferdinand Redouté.
Allí conoció a los inminentes botánicos
L´Heritier y Desfontaines
quienes lo orientaron hacia la ilustración botánica,
disciplina que estaba en pleno auge.
En 1787 viaja al Real Jardín Botánico de Kew
cerca de Londres para continuar sus estudios.
Vuelve en 1788 a París, donde L´Heritier lo introduce
en la Corte de Versalles.
La reina María Antonieta lo nombra
pintor de su gabinete.
En 1792 es contratado por la Academia de Ciencias.
En 1798 encuentra protección en Josefina de Beaubarmais
y posteriormente es contratado como pintor oficial.
Después del divorcio de Napoleón pasó a enseñar
pintura a la nueva esposa,
María Luisa de Austria.
En 1894 enseñó dibujo en el Museo Nacional de Historia Natural,
a los que asistían numerosas damas de la realeza.
Colaboró con los mejores botánicos de su época
y participó en 50 obras.
a Pierre Redouté
LA ROSA
Cuando se abre en la mañana
con sus llamaradas trémulas
entra el sol a deslumbrarse
con su rubor sin igual.
Los pétalos como pájaros
miran el muro invernal
brillando bajo las plumas
del gran florido pinar.
Cuando duermen las aves
besa sus párpados finos
el deseo casi felino
de una mariposa coral.
Mas la noche ya se acerca
cruzando el agua bendita
y en los candelabros tenues
pierde la vida un fulgor.
La rosa polen de fuego
es sangre, tinta y dolor...
que llora un adiós de niño
con dulce voz de cristal.
Y con aroma de mares,
sólo de bella mujer,
vuela en esa sombra fija
alma y pasión sideral.
Luján Fraix