Nacido en 1965 en Kewaskum, Wisconsin,
donde ahora vive con su esposa Jennifer y sus hijos pequeños,
el interés de Daniel por el arte, proviene desde su adolescencia.
Realizó sus estudios en la Academia Americana de Arte en Chicago,
y su apetito voraz por los museos y los maestros modernos como John Singer Sargent
, Alphonse Mucha, Fechin Nicolai, Joaquín Sorolla, Carl von Marr,
así como una serie de otros impresionistas franceses y americanos le han servido de inspiración.
Gerhartz tiene un especial interés y aprecio por el arte moderno de Rusia
y los suntuosos lienzos de los pintores Nicolai Fechin, Isaac Levitan e Ilya Repin.
Como dice, sus pinturas son "completamente floja pero deliberada y fiel,
nada llamativo"
En efecto, la belleza, potente y evocativa de sus pinturas se debe también en gran medida a la flojedad,
la honestidad y la fidelidad de su estilo.
Las pinturas de Daniel abarcan una gama de temas,
lo más prominente la figura femenina, ya sea en un entorno campestre o un interior íntimo.
Está en su mejor momento respecto a los temas de la vida cotidiana, temas de género, paisajes sagrados o figuras en reposo, calma, la meditación o el aislamiento contemplativo.
Su dominio de la figura femenina, la figura vestida en particular, es brillante.
Se ha inspirado en la tradición muy antigua del romanticismo y el simbolismo.
Sus espléndidas superficies, el color, la iluminación, están en armonía con su pincelada expresionista, la modelización de la luz y la sombra.
Sus pinturas son creaciones sensibles pero evocadoras,
que dramatizan su técnica audaz y ambiciosa.
Sus temas evocan una eternidad y el idealismo, sin embargo, en su mayor parte,
Daniel se ha basado en su hogar y la comunidad en Wisconsin,
incluyendo familiares y amigos.
Su sentido de la intimidad y la honestidad en lo que respecta a sus sujetos
son el resultado directo de su cercanía y la proximidad a ellos.
Una proyección de tranquilidad, reposo y
resultado de la introspección ricos de su conocimiento del contenido de su arte.
A Daniel Gerhartz
Mujeres como dueñas
de la luz,
se duermen tras los años,
en un pacto de amor
y de verdad.
Imaginan tiempos de rosas,
de manos entrelazadas
buscando lunas
en cielos grises,
sabiendo que la vida se transforma
a cada instante
para dejarnos su mensaje.
Luján Fraix