Para él, la pintura era una creación mágica,
un instante de inspiración que cuando se producía,
ni siquiera el artista sabía cómo lo había hecho.
Sus figuras etéreas y su paleta clara
lo consagraron como uno de los más grandes pintores argentinos.
Nació en el seno de una familia de artistas
y desde muy chico se interesó por la literatura y la pintura.
A los 19 años, radicado en Milán,
comenzó a estudiar en la Academia Brera
y durante los ocho años que vivió en Italia
formó parte de los grupos de vanguardia
Entre sus obras se destaca la decoración
de la majestuosa cúpula del Teatro Colón
que donó a la ciudad de Buenos Aires
y a la iglesia de Santa Ana de Glew.
a Raúl Soldi
Óleos, litografías, murales...
mundo de poesía y de belleza.
Pintaste el alma tuya
en las luces del Olimpo.
Soñaste con tu pueblo
las historias contenidas
y le diste tu pincel
al corazón de la Argentina.
Luján Fraix