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miércoles, 29 de noviembre de 2017

ARGENTINA: Benito Q. Martín (1890-1977)








Benito Quinquela Martín es una figura singular dentro del arte argentino;
sin duda, fue durante mucho tiempo el artista más popular
de la Argentina, había logrado una identificación inmediata de su obra
con su barrio de trabajadores.
Al punto tal que es imposible pensar La Boca (barrio)
sin la pintura de sus fuertes colores 
y las obras culturales de Quinquela Martín.


Nació en 1890 y de pocas semanas fue abandonado en la Casa Cuna,
con la mitad de un pañuelo con el bordado de una flor.
Una nota afirmaba que ya estaba bautizado
y que su nombre era Benito Juan Martín.

***

Él es el pintor de la fuerza del trabajo,
de las espaldas dobladas por el peso de las bolsas en el puerto.


Algunos biógrafos le atribuyen la invención de cubrir con colores
las fachadas de las casas
del desvío ferroviario de La Boca,
conocido como "caminito".

El es uno de los pintores muralistas más relevantes 
en el arte argentino,
con una actividad singular asociada a su barrio
y a una tarea solidaria.


"Lo fácil para mí es inspirarme en lo que me rodeaba.
La Boca estaba allí brindándome un panorama preñado de temas,
de paisajes, de tipos, de motivos localistas
y de profundas sugestiones.
La Vuelta de Rocha era ya por sí misma una obra de arte,
un cuadro natural y magnífico, siempre igual
y siempre diferente.

Allí estaban los trabajadores del mar, del río y
del puerto, con sus largos días de ruda faena y sus breves horas
de descanso y de fiesta.
Todo aquello estaba allí, a mi alcance.
Iba unido a mi vida,
yo lo veía y lo vivía diariamente y lo llevaba dentro
y fuera de mí mismo.
Lo único que me faltaba era expresarlo,
copiarlo, interpretarlo y convertirlo en obra de arte."
  

El pulso cotidiano del puerto,
contenido en los límites del barrio y expresado en la fuerza del trabajo
de sus hombres,
tema central en la producción de Benito Quinquela Martín,
ocupa el conjunto de obras del artista
conservadas en el Museo Nacional de Bellas Artes.

***

Su fortaleza es la presencia
de una narración de la condición humana,
como clase y no como individuos.

No hay sujetos reconocibles,
sólo cuerpos resueltos de manera idéntica
expresando el esfuerzo
de la tarea.


A Benito Quinquela Martín





Olor a leño bruñido en la siesta estival,
bajo la alameda que silba sus trinos...
y en los viajes de los vapores pesados,
la sangre de los pueblos bravos
transporta la figura de un inerme vencedor.

En ese cielo la luz de la permanencia gris...

En éste ya se diluyeron las formas
y sólo queda un poema y un eco entrañable:
"La lucha 
de aquella vida precedente."

Luján Fraix