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sábado, 21 de octubre de 2017

ESPAÑA: Helena Diakonova (Gala) y Salvador Dalí





Salvador Dalí se casó con Gala en 1958.
Ella había sido mujer de Paul Éluard, el poeta. Nacida en Kazan (Rusiacomo Helena Diakonova, Gala conoció a Éluard en una clínica para tuberculosos, cerca de Davos, de los alpes suizos. Se casaron un año más tarde, a mediados de febrero de 1917.


Gala fue amiga y luego amante del pintor alemán Max Ernst pese a que todavía compartía techo con Éluard. En el verano de 1929, junto a su marido, Magritte y Buñuel, y durante un viaje a Cadaqués y Figueras, residencia familiar de los Dalí, Madame Éluard supo que dejaría de serlo. El pintor, que ya tenía sus bigotes característicos, confesó que era virgen y se temía homosexual.


Cinco años después, el flechazo se tradujo en unión civil y la pareja se instaló en el estudio que el pintor tenía cerca del parque de Montsouris, al sur del círculo metropolitano de un París atravesado por el rumor de los ismos. Dalí empujó su carrera desde los antros y subterráneos cafés de una ciudad que, en el reducto surrealista de Montparnasse, dio sentido al término mundano. Aquel primer artista, ante la permanente mirada de una Gala que pronto asumiría tareas de musa y agente se codeaba con pintores de vanguardia: Tzara y Ernst, Ray o Breton.

Y Gala seguía allí, junto a él y junto a tantos otros. Era el comienzo de una tortuosa relación que reposaba sobre la fascinación que ejercía Gala sobre Dalí. Ella coleccionó amantes mientras el pintor comenzaba a parecerse a su obra y su obra a Dalí. Diez años mayor que él, la rusa era el producto de una educación esmerada; recitaba con soltura a Baudelaire, a Apollinaire... fue la novia de una vanguardia.


Fueron ocho años en Nueva York, y luego en París, el regreso a la España franquista, a la cabaña que se transformó en villa con piscina cerca de Port Lligat. A finales de los sesenta, Dalí le prometió a ella un castillo. Y Gala tuvo así el suyo, el de Púbol, sobre la planicie del Bajo Ampurdán, del valle del Ter. Allí, al otro lado de las almenas, sería sepultada ella, en una cripta excavada bajo los pilares de la fortaleza. Dalí se refugió entre los muros de Púbol hasta 1986. Murió en Figueras tres años más tarde, casi un fantasma de su propio museo.